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Margarita, la gran isla de Venezuela

Eduardo Monzón

Playas hermosas, amplias y muy azules; atardeceres de ensueño, sabores que deleitan paladares y una idiosincrasia única, llena de cultura y alegría. Estas son algunas de las cualidades que pudieran resumir a Margarita, la maravillosa isla del Caribe venezolano, destino afamado que ha seducido durante décadas a los visitantes.

Las playas margariteñas son indiscutiblemente la primera invitación, para sumergirse en sus paradisíacos paisajes. Probablemente la más famosa de toda la isla sea playa El Agua, su kilométrica extensión es un edén de arena, palmeras y mar, rodeada de muchos lugares para comer y descansar frente al susurro de las olas.

Muy cerca se ubica Playa Parguito, también muy reconocida entre turistas que buscan diversión frente a una playa que parece interminable. Al inicio de la gran franja de arena hay una pequeña colina a la que se puede subir con facilidad, para admirar desde arriba el oleaje de la costa y las montañas de la isla.

Si sigue la ruta hacia el noreste de la isla, puede llegar a Cabo Negro, una peculiar playa que se hizo popular entre los viajeros más aventureros, por su paisaje cautivador justo en el último extremo de Margarita, la ruta incluye un tramo de senderismo desde Manzanillo, aunque también se puede visitar en peñero.

La vía le llevará hasta Juangriego, una bahía que es un emblema de los atardeceres margariteños, por eso es el lugar perfecto para despedir los días frente al mar de las Antillas, con la luz del sol que hará memorable el instante. Muy cerca está el Fortín de La Galera, una edificación histórica del año 1811, sin duda una postal necesaria para el recuerdo de su viaje.

Si es un amante de los deportes extremos, su visita obligada será a El Yaque, al sur de la isla, reconocida como una de las mejores playas del mundo para la práctica de windsurf y kitesurf, por eso su ambiente es muy dinámico y divertido, con aficionados de estos deportes que vienen de distintos países a disfrutar de este magnífico paraíso del viento que los pone en movimiento.

Para un contacto más cercano con la naturaleza, es preciso un recorrido por el Parque Nacional Laguna de La Restinga, un lugar ideal para salir a navegar en peñero o kayak, para admirar manglares, aves y estrellas de mar. Al final se llega a la enorme playa frente a la inmensidad del Caribe.

De ese lado de la isla puede realizar una visita a la península de Macanao, al extremo oeste, para conocer el lado más sereno y rural de la isla, con poblaciones de pescadores y playas solitarias para descansar.

No puede faltar una visita a la hermosa Basílica Nuestra Señora del Valle, ubicada en la localidad de El Valle del Espíritu Santo. Es la patrona de los margariteños, que cuenta con una gran devoción en toda Venezuela, especialmente en el oriente del país, por eso es una referencia obligada de la cultura local.

No podrá conocer por completo a Margarita hasta que no descubra sus sabores, por eso debe probar las empanadas que venden por toda la isla. Si se trata de un punto popular, vaya a La Empanadería, en La Asunción. Esté muy atento a las actividades que realiza Margarita Gastronómica, la organización que promueve la gastronomía local con diversos festivales durante todo el año. Para una velada exquisita vaya al famoso restaurante Juana La Loca, en Pampatar.

Margarita tiene encantos por cada esquina, no se canse de explorar más allá de estas recomendaciones, la isla le cautivará.

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